Alcohol

Dioniso y el vino


Dioniso
Antes de detallar otros aspectos, quiero hacer cierta apología al espíritu del vino, tan presente en nuestras vidas desde tiempos lejanos, relacionando el vino con el Dios Baco, o Dioniso (el dios griego del vino y la locura). Trasladándonos a aquellos tiempos de paganismo, existían entonces los sumposium, que eran reuniones para beber. Jenófanes (poeta y filósofo griego) describe perfectamente el significado de esas reuniones que existían entonces con un significado espiritual:


Que ahora justamente el suelo está limpio, y las manos de todos
y las copas; y uno pone coronas trenzadas
y otro oloroso perfume en un frasco tiende;
y una cratera se yergue, llena de buen juicio;
y otro vino está dispuesto, que dice que jamás traicionará,
dulce en tinajas, oliendo a flores;
y en el medio puro olor el incienso despide,
y hay agua fresca, dulce y limpia;
y están puestos panes rubios y la mesa de gala
de queso y miel espesa rebosante;
y un altar de flores en el centro está cubierto del todo
y cantos y bailes llenan la casa, y fiestas.
Y tienen primero al dios que cantar los hombres juiciosos
en piadosas historias y limpias palabras,
tras hacer libaciones y pedir ser capaces
de obrar con justicia; que eso es lo primero,
no desafueros; y beber cuanto puedas con tal de que llegues
a casa sin ayuda, si no eres muy viejo.
Y alabar al hombre que al beber muestre lo bueno,
para que sea recuerdo y estimulo de virtud,
no contar batallas de Gigantes ni Titanes
ni Centauros, imágenes de los primitivos,
o peleas violentas; en ello nada provechoso hay;
y de los dioses buen cuidado tener siempre.

Eran espacios de tranquilidad, cultura y educación.

Venga, tráenos, niño,
una jarra, para apurarla de un trago
y échale diez cazos de agua
y cinco de vino, para sin desafueros
entrar otra vez en el trance de Baco.
[...]
Venga, otra vez, así,
con ruidos ya y alboroto
no nos pongamos a beber
como escitas, sino hagámoslo
entre hermosos himnos.
Anacreonte

... y al sumposion los que tienen juicio llegan para conseguir amigos no menos que para complacer a los que ya tienen. Porque buscar la exposición de lo demás sería indelicado y vulgar, pero marchar teniendo más amigos es cosa agradable y seria. Y a la inversa, el que se desentiende de eso hace la reunión desagradable para sí e imperfecta, y se va convertido en comensal del vientre, no del alma; que el comensal no sólo de aperitivos, vino y pasteles, sino también de razones, llega como príncipe de bromas y de buen juicio que termina en bienquerencia. Que los ataques y agarres de los que pelean necesitan de la arena, pero en los lances del cariño el vino es el que proporciona el contacto mezclado con la conversación; que la conversación lleva por su curso la afabilidad y moralidad del cuerpo al alma y la reparte; pero en caso contrario, dando tumbos no proporciona en el cuerpo nada más serio que el hartazgo. La conversación de los sumposia no deja de ningún modo que se echen a perder por el vino los que beben, sino que los sostiene y mezcla en la relajación risa y cariño, si uno se entrega en serio, como con un sello de amistad de los bien acuñados y dulcificados por causa del vino.

Plutarco

Eran frecuentes aquí las recitaciones de teatro, pero estaban excluidas en este tipo de reuniones las mujeres y los jóvenes. Eran llevadas y organizadas por determinadas personas, que eran las que decidían las proporciones de la mezcla, las conversaciones y los pasatiempos.

También existían ciertos grupos de mujeres que rendían culto a Dioniso en reuniones que hacían en el bosque, en las llamadas orgías de las ménades. Realizaban bailes nocturnos a los que tenían prohibido asistir a los hombres e invocaban la aparición del dios hasta que entraban en trance y sentían la presencia divina en ellas.

Actualmente se puede asociar el alcohol con ese carácter social y amigable. Pero desde luego ha perdido todo ritual y espiritualidad, convirtiéndolo en un instrumento cotidiano para llegar al furor y evasión propias de una noche de discoteca.


Efectos


El alcohol ha servido de sustento y evasión a la sociedad desde tiempos inmemoriales. Su poder para abstraernos de la "realidad" es potente. También nos ha servido de apoyo para sociabilizar y mostrarnos sin tapujos en determinadas situaciones.

Un ser sensible puede fácilmente caer bajo el yugo del alcohol para poder enfrentarse a una madeja de emociones de difícil solución (desde su vivencia particular). El dolor es tan intenso en muchas ocasiones, que con facilidad encuentra su refugio en un vaso de whisky. Como perfecto anestesiante, adormece el cerebro para que no exista la señal de dolor. Una gran huida y un gran alivio para momentos de crisis desbordante. También es una potente alternativa en momentos en que la existencia carece de sentido, o que el aburrimiento, el tedio y la soledad cogen el timón de la vida. Nadar en una piscina de ginebra hace virar esa perspectiva y, por un rato, conseguir momentos de "placer", gozo y diversión. El problema para algunas personas es que no consiguen momentos de placer si no es con el alcohol, y la falta de este incluso aumenta su nivel de ansiedad. Se convierte entonces en una necesidad sin la cual no se consigue estabilidad. En consecuencia la persona se convierte en esclava de la botella y padece cambios constantes de humor con tendencia a la irascibilidad.

Lo que físicamente provoca el alcohol y lo hace tan atractivo es una flexibilización de las sinapsis o uniones interneuronales. En el caso del alcohólico, necesita de la bebida para hacer que su cerebro fluya mejor y no se torne tan rígido. Paulatinamente esto provoca una alteración de los neurotransmisores, y con ello los estados normales de sueño, hambre, sed, comportamiento y dolor.

Las principales consecuencias en caso de alcoholismo severo son:
  • Alteraciones del sistema nervioso (disminución de facultades mentales y pérdida de equilibrio)
  • Problemas con el hígado (cirrosis, hígado graso)
  • Lesiones pulmonares
  • Úlcera
  • Hipertensión
  • Problemas de páncreas
Aún así, se descubrió recientemente una sustancia inherente en ciertos vinos tintos y uvas negras, el resveratrol, que tiene propiedades beneficiosas para el sistema cardiovascular y el cáncer, con antioxidantes y que aumenta el colesterol bueno. Esto justifica un consumo moderado del vino, preferentemente durante las comidas, pero no en grandes cantidades.

Soluciones posibles

Un alimento-meditamento muy beneficioso para los alcohólicos es el kuzú, una planta aplicada en la medicina tradicional china desde hace ya muchos siglos atrás. Entre sus propiedades se encuentran regenerar el hígado y paliar los síntomas de la abstinencia.

En cuanto a mi experiencia a este respecto, desde mi punto de vista y después de haber trabajado en un centro de ayuda a mujeres drogodependientes, algunas de las personas con dependencia concreta al alcohol, el yoga tiene unos efectos muy beneficiosos para ellas. Por desgracia no pude prolongar mi estancia (cerraron el centro por los recortes en esta época de crisis) ni aumentar las sesiones semanales, ya que con una práctica un poco más intensiva podríamos haber comprobado los beneficios de las técnicas del yoga. Pero para estas personas, el espacio que creamos se había convertido en un momento para desconectar de su realidad, un momento de relajación e incluso placer. Con la ayuda de la medicación correspondiente, el yoga aliviaba su dolor y les daba un momento de paz que si se trabaja poco a poco, puede ir abriéndose hueco en su cuerpo, impregnando su memoria con momentos placenteros más allá de la botella y la pastilla, para que en un determinado momento se puedan llegar a suprimir por completo.

Como anteriormente mencionaba, el efecto "flexibilizador" del alcohol en el cerebro, curiosamente también lo produce la práctica de meditación. La práctica de meditación facilita el establecimiento de conexiones sinápticas y circuitos neuronales en ciertos dominios del cerebro, como el hipocampo, lo que facilitaría los fenómenos de plasticidad. Esto sin duda es muy beneficioso para el caso de personas alcohólicas, como también lo es para otros tantos padecimientos o enfermedades. Aunque la meditación requiere de ciertos sacrificios, no supone una via rápida de escape como pueden ser las drogas. Y en grandes ocasiones nos enfrentamos directamente con el conflicto en sí, que se encuentra intrínseco en nosotros mismos, lo cual no resulta muy agradable para muchas personas. Sin embargo, los resultados de una práctica simultánea física y mental, son indiscutiblemente positivos.





Fuentes bibliográficas:

"Dioniso, el dios del vino y la locura" de Juan Ignacio González Merino (Doctor en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca)
"El equilibrio a través de la alimentación" de Olga Cuevas (doctora en Bioquímica, especialista en Nutrición y Salud)

Fuentes internet:

"Nuevas avenidas hacia el diagnóstico y tratamiento de los desórdenes cognitivos: enfermedad de Alzheimer" Ricardo Maccioni Baraona (Director del Centro Internacional de Biomedicina (ICC), Laboratorio de Biología Celular, Molecular y Neurociencias, Profesor Titular de Ciencias Neurológicas, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Santiago, Chile)

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