La forma sin forma

Tuve varias experiencias, durante el sueño, de salirme de mi cuerpo. Pero, ¿qué es eso que se eleva? Pudiera ser una forma de energía, lo que se llama el "cuerpo causal" en yoga, una forma más sutil que este cuerpo físico denso que habitamos. ¿Forma parte de mi ese cuerpo energético? Indudablemente si, y quizás forme parte de una esencia más profunda; intangible, invisible, pero pura y esencial.


Ha coincidido que los momentos en los que me salgo de mi cuerpo, han sido posteriores a un sueño lúcido en el que accedía a un conocimiento auténtico y verdadero.

En una de estas ocasiones estaba en Barcelona. Mientras dormía, en algún momento fui consciente de un sueño en el que caminaba en la calle rodeado de gente. Entonces me sorprendí pensando: "Soy Uno con el Todo", y me elevé sobre la acera. Mientras me elevaba en la imagen del sueño, fui consciente de que todo mi cuerpo vibraba como una especie de hormigueo centelleante, y una forma energía sutil de mi se salió de mi cuerpo y se elevó. Aquella elevación ya no se trataba de una imagen de sueño en la que hay una ilusión mental acompañada de una sensación cercana a lo real. En este caso se trataba de algo que estaba ocurriendo, de una experiencia veraz. Podría tratarse de un ascenso a unos centímetros, quizás uno o dos metros, de la cama. Después de unos pocos segundos volví al cuerpo.

La última vez que me sucedió algo parecido fue hace cinco días. Me desperté a media noche dándole vueltas en seguida a algo que me inquietaba. Pensaba en la realidad, si existe en sí misma, o todo está formado de meras interpretaciones individuales. Desde mi experiencia es innegable que existe una interdependencia total entre el mundo y uno mismo, de tal manera que nuestro filtro mental particular actúa en la restricción de lo percibido. Pero, entonces, ¿existe alguna realidad? ¿pueden existir los objetos en sí mismos? Y si es así, ¿podemos nosotros acceder a ello? Todo esto pasaba por mi cabeza de manera más abstracta y confusa, hasta que, después de un tiempo, volví a dormirme. Entonces fui consciente de un sueño en el que no aparecía ninguna imagen concreta, más bien un fondo blanco. Me hice consciente de que detrás de todas las formas y apariencias, y toda nuestra mediación con las apariencias, existe un único espacio vácuo de consciencia. Inmediatamente después de esa comprensión profunda, me invadió un hormigueo de energía, y me salí de mi cuerpo de nuevo. En esta ocasión, más consciente, pude voluntariamente mantenerme unos segundos más a muy pocos centímetros por encima de mí, escuchando mi propia respiración ronca de dormido. El hecho de escucharme fuera de mi me resulta asombroso. ¿Está este cuerpo sutil provisto de los sentidos propios del cuerpo físico? ¿Puedo escuchar, o ver, a través de él? Ante estas breves experiencias me resulta imposible responder a estas preguntas. En cualquier caso, se trata del acceso a la experiencia y la comprensión de una existencia esencial, intangible, invisible e inaccesible de una manera ordinaria. Pero tener estos vislumbres de conocimiento representados en los sueños pueden contestar a la cuestión de ¿quién soy? con la identificación con una forma espiritual, quizás asociada a un terreno de verdad y de sabiduría universal.

¿Es posible que se pueda acceder, de manera experiencial, a algunas de las formas de sabiduría descritas en los vedas o en los antiguos textos budistas?



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