Mi camino vital

Me embistió con su cornamenta oxidada, el toro del tiempo. Removido por causas mayores, busqué el sentido de la vida más allá de las meras supervivencias. ¿Para qué es la vida si no te levantas cada mañana tratando de aportar ápices de destellos en ojos ajenos? Una y otra vez, me golpeaba con el muro del hastío. Decidí embaucarme en mi duda existencial, tratando de atisbar oasis en el desierto horizonte.

Y, paso a paso, me reinventé de nuevo, para llenar mi corazón vacío de miedo. Entonces, volcar lo que aprendí en mí para que otros sientan lo que yo sentí, otorga a mi vida un sentido pleno.

Para que todos los seres sean felices.

(aunque solo sea por un momento)

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