¿Qué es esto que llamamos realidad?

Caminaba durante mucho tiempo entretenido con la idea de ser este cuerpo físico limitado. Y sí, lo soy, en cierta manera. Pero surgen experiencias que desvanecen las formas. Me llevan a concluir que somos un precipitado denso de energía, aparentemente limitado, que se diluye en forma de vibraciones sutiles en un estado calmo, sintiéndose parte del espacio alrededor.


Me entretuve también concibiendo el pensamiento como un fenómeno aislado, ubicado en mi cerebro, generado por los centros cerebrales asociados al lenguaje. Mi pensamiento, aquella intimidad de palabras e imágenes, propias e intransferibles. Y así fue, también, en cierto modo. Pero la consciencia de los fenómenos internos me lleva a entender, paradójicamente, más aún los externos. Y vivencio a través de experiencias cada vez más sólidas, concluyentes, y mágicas a la vez, que el pensamiento no se encuentra anclado tampoco en nuestro espacio corporal limitado (la cabeza concretamente). El pensamiento es una forma de energía que se expande en el espacio, que interactúa con el entorno, que mueve piezas de la realidad, que impregna la atmósfera con su esencia al igual que un perfume lo hace con nuestra piel. El pensamiento entonces deja de ser íntimo e imperceptible, ya que viaja a nuestro alrededor como nubes en el cielo e influencia de esta manera el entorno. Deja de ser además identificativo con nosotros mismos, en el sentido de que es una energía transitoria como puede ser la energía de la emoción. Es por ello que conectamos con las personas: surgen infinidad de "lecturas de pensamiento" con las más cercanas, "coincidencias" y conexiones aún estando lejos. La vida se convierte entonces en un sueño, difícilmente distintivo de los sueños ordinarios al dormir. Las ondas cerebrales de pensamiento generan una realidad interdependiente con el resto de la humanidad, la tierra y seres que habitan en ella.

Pero, entonces, ¿qué somos si descartamos este cuerpo físico y este pensamiento? Ahí se encuentra la cuestión que alimenta la propia investigación. Y para entenderlo, dejar de buscar fuera para encontrar dentro.

...y advertir que en consecuencia ya no existe dentro y fuera...

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